El pasado 29 de noviembre, como cada año con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad (3 de diciembre) celebraron un acto en su centro para que a nadie se le olvide que siguen estando aquí, para seguir reclamando sus derechos y para ofrecernos su verdadera amistad.
Este año el acto consistió en una impresionante representación teatral dividida en dos actos dirigidos de manera magistral por Salvador Arias. Ante un numeroso público que lleno el nuevo salón de actos del Centro, Pilar Espejo dio la bienvenida a los asistentes y les recordó el motivo por el cual habían sido invitados, que no era otro que el de pasar un buen rato, en buena compañía, para celebrar tan distinguido día, a la vez que aprovechó para agradecer al Ayuntamiento de Alhama la cesión de una nueva sala para el Centro, con la consiguiente instalación de un ascensor para su buen aprovechamiento. También quiso tener Pilar palabras de agradecimiento para todos los colaboradores de la obra de teatro que, debido a la magnitud del espectáculo que ofrecieron los usuarios de “El Lucero”, no fueron pocos.
Tras Pilar, Francisco Rodríguez, presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Comarca de Alhama, tomó la palabra para reconocer la inmensa labor que realiza el Centro en la Comarca de Alhama, siendo el único ente dedicado a este colectivo en toda la Comarca. Cerró la presentación Salvador Arias, director de la representación teatral, que hizo un resumen de lo que el público iba a presenciar y destacó el esfuerzo que se había realizado para llevar a cabo el proyecto, a la vez que destacó también lo reconfortante que resulta trabajar con personas tan agradecidas, tan comprometidas y tan autenticas como son todos los componentes que forman parte del Centro Ocupacional El Lucero.
En lo referente a la obra teatral, el primer acto fue protagonizado única y exclusivamente por Francisco Ramírez, que sorprendió a propios y extraños con un interpretación que rayó la profesionalidad, siendo incluso capaz de interpretar en un mismo acto, a dos personajes completamente distintos. El segundo acto puso en escena a todos los integrantes del Centro, ataviados de Indios alrededor del Gran Jefe Eduardo, fumando juntos la pipa de la paz. Con la ayuda de sus monitores, de sus amigos y la gran colaboración del pequeño Gael, sorprendieron a un público que aplaudió sin descanso la dedicación de estos grandes artistas que dejaron con la boca abierta a más de uno.
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